La idea de incluir el "Día de la canción criolla" en el calendario histórico popular nació durante el gobierno de Manuel Prado y Ugarteche, en la conflictiva década de los cuarenta. La iniciativa fue de Juán Manuel Carrera y contó con el apoyo del diputado por Lima Luis Felipe Andrade.
En un principio se pensó en el 18 de octubre como el día central del criollismo, pero ya que esa fecha coincidía con la ancestral salida de la Procesión del Señor de los Milagros y, por añadidura, la mayoría de los cantantes criollos profesaba una profunda religiosidad hacia el Cristo Morado, se optó por trasladar la celebración al último día del mismo mes.
Cuentan que el presidente Prado, en afán de figuración y populismo, promulgó la ley en el mismo balcón del Centro Musical "Carlos Saco" -bastión del criollismo y muy popular en aquella época- despertando agrios comentarios de sus opositores. Sin embargo,esas críticas fueron atenuadas por la alegría y el orgullo de tener un día especial, señalado con tinta roja, no en el almanaque de papel sino en la mente y los corazones de los cultores y amantes de la música criolla.
En la retina de muchos seguidores del criollismo aún siguen latentes las imágenes de la primera verbena realizada el 31 de octubre de 1944 en la plazuela "Buenos Aires", donde se dio rienda suelta a toda la alegría y fervor de celebrar, por primera vez en la historia, el onomástico de la canción criolla.
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